Dame una sonrisa que ilumine mi mañana,

solo suspiros de azufre me recorren al sentir,

los destellos que tu alma me muestra.

Escamas de coblato enmarcando la obsidiana, 

manchadas por el hierro oxidado.

Frio o calor según convenga.

Tierna arena blanca con motas de clavel,

humedo carmin con notas de fresa y chocolate,

dulce combinacion para el paladar.

Seda a la vez que alabastro y trazas de granito.

estilizados cartilagos de metacrilato.

Brillos de cristal de bohemia y fragilidad de murano.

Ancha columna de marfil,

bella y poderosa.

Caja de tambores zimbabuense.

deleite para los sentidos,

oasis de sensaciones.

Tus miradas me visten de cashmere.

Tu tacto me desnuda como a una fruta en su madurez.

Luz y calidez abrasadora,

incandescencia premeditada.

Purpura orquidea de la ira.

Blanco lirio de pureza.

Rosa roja, sangre y pasion.

Amarillo bilis y...

Azul envenenado.

Acido naranja con lagrimas en los ojos.

Negro putrefacto de amor y decadencia.

Pardo azucarado, otra delicia.

Golosa, lascivia amorosa.

Piel fria y erizada por la caricia del aire salido de tus pulmones.

Calida serpiente cazadoray paciente,

ponzoñosa y embriagadora de los sentidos,

me ha sesprovisto de equilibrio y cordura.

Tiernas nubes de algodon que puedo rozar con la punta de mi lengua.

Morder la carne y notar su calor.

Tratar de ahondar en tu mente sin conseguir nada.

Luna de plata, rayos azulados que bañan la piel de mi rostro con una sonrisa,

que iluminan mi alma y me animan con susurros de campanillas.

Luna magica y maravillosa,

guardiana de los amantes escondidos,

y siempre atenta a las quejas de los que no hallan consuelo a la luz y calidez del sol.

Luna de mi vida.

Confidente en mis noches mas oscuras, 

espejo de esperanzas e ilusiones.

Con luna nueva te extraño, y con luna llena se me ensanchece el corazón.

Pena siento en mi pecho, por la soledad que guardas con tanto celo.

Alla en el cielo, Reina del firmamento nocturno, con solo las hadas estrellas por compañia.

Bella dama de cabello argenteo y ojos violetas como la noche clara.

Poderosa y atrayente....magnetica.

De apariencia delicada y espiritu fuerte cual metal.

Caracter aterciopelado y devastador.

Como animal salvaje y majestuosote admiro y aclamo tu grandeza.

Lloro tus ausencias, pues transforman mi cielo en un agujero oscuro y lóbrego.

Paso los dias ansiando con todo mi ser que tu luz bañe mi cuerpo.

Amor, pasión, lujuria, ternura, has sido testigo silenciosa de millones de aventuras y sentimientos.

Cada noche una aventura diferente, 

Cada noche una nueva vida.

Que solo es capaz de morir.....al amanecer.

La muchacha abrió los ojos a la luz de los primeros rayos del sol,

pero, estaba demasiado cómoda en la cama mullida como para moverse siquiera,

tumbada como estaba percibió el dulce aroma de la melaza y el pan recién horneado, se movió poco a poco en la cama y se incorporó, pasó las suaves y delicadas manos sobre su suave y perfecta piel, sacó los delicados pies de entre las sabanas, esperó a que sus músculos se equilibraran

y se levantó.

caminó con ligereza hacia el gran espejo que ocupaba gran parte de su alcoba

y escudriñó su imagen con detenimiento.

Estela era una joven maravillosamente esplendida a sus 15 años era mas bella que la mayoría de las muchachas de su edad.

su cabello era oscuro con suaves mechones rojizos que le daban a su melena un toque dorado a la luz del sol, su piel blanca como la nieve tenia el tacto y la vista de la seda con un suave brillo casi imperceptible, sus formas eran curiosamente las de una mujer ya formada, la mismísima Venus tendría envidia de esas formas, sus ojos....sus ojos eran indescriptiblemente bellos, pero eran también extremadamente extraños, tenían el color de la amatista y un brillo dorado maravilloso.

Estela miró a través de la ventana y vio como el sol se fragmentaba entre las nubes, iba a ser un día bastante caluroso, así que decidió ponerse el vestido mas ligero que tenía, aunque con todos los accesorios el vestido terminaría pesando bastante mas.

Así llamó a su ama para que le ayudase a ponerse el corsé y el vestido, para poder bajar a desayunar.

Roosendaal no era una ciudad muy grande pero había que estar presentable a los ojos de la alta sociedad